¿Has notado que, casi como por arte de magia, la batería de tu móvil se desploma en cuanto bajan las temperaturas? Estás en la calle un día de invierno, consultas el mapa o haces una foto, y de repente ves con horror cómo el porcentaje de carga cae en picado sin piedad. No es una sensación tuya, ni es que tu teléfono te esté jugando una mala pasada. Lo que estás presenciando es un fenómeno científico, y la «culpa» no es del todo de la batería, sino de la química que la hace funcionar.
Si aún no conoces los efectos del frío en la batería de tu móvil y por qué no deberías meter la batería del móvil en el congelador es malo, permítenos explicarte a continuación cómo las temperaturas cercanas a 0 °C hacen que la autonomía de tu smartphone se reduzca drásticamente o incluso se apague de la nada.
¿Por qué la batería de tu móvil se descarga más rápido con el frío?
Piensa en la batería de ion-litio de tu dispositivo como en un equipo de pequeños atletas. Su rendimiento óptimo está en una confortable «zona de comfort» entre los 15 y 22 ºC. Cuando hace calor dentro de ese rango, están ágiles y se mueven con energía, transportando los iones de litio entre los electrodos sin problema. Pero cuando hace frío, al acercarse a los 0 ºC, estas reacciones químicas se ralentizan drásticamente. Es como si esos atletas se entumeciesen: se vuelven lentos y perezosos.
Para colmo, la resistencia interna de la batería aumenta; es como si de repente tuvieran que correr contra un viento mucho más fuerte. Para compensar este «boicot» químico y mantener el teléfono en funcionamiento, el sistema tiene que esforzarse el doble, lo que se traduce en ese consumo acelerado. Y si el frío es extremo, puede que incluso veas el apagón más frustrante: que el móvil se apague de repente con batería «restante», un mecanismo de seguridad que salta para proteger los componentes internos de daños mayores.
¿Esto sucede igual con las nuevas baterías de silicio?
Aunque las nuevas baterías de silicio (ánodo de silicio-carbono) almacenan más energía y ofrecen mejor autonomía en condiciones normales, su química fundamental sigue siendo la de iones de litio. Esto significa que cuando bajan las temperaturas, se enfrentan a los mismos problemas: los iones se mueven con dificultad en el electrolito viscoso y la resistencia interna aumenta, forzando a la batería a gastar su energía más rápido para mantener el dispositivo funcionando.
Así que, aunque partan de una capacidad mayor, el frío sigue siendo su enemigo y notarás que también se descargan más rápido cuando hace frío.
Cómo evitar que el frío gaste más rápido la batería de tu móvil
La mejor defensa contra el frío es mantener tu móvil cerca de tu calor corporal. Guárdalo en un bolsillo interior de tu abrigo o chaqueta, en lugar de dejarlo en la mochila o en un bolsillo exterior, donde está completamente expuesto. Tu cuerpo actuará como una estufa natural, manteniéndolo en una temperatura mucho más segura. Una funda gruesa también puede servir de abrigo adicional para ayudar a retener ese calor.
Cuando las temperaturas sean muy bajas, sé estratégico con su uso. Intenta reducir el tiempo que pasas usándolo al aire libre y, sobre todo, evita la tentación de cargarlo si lo notas helado. Conectar a la corriente una batería que está a temperatura extremadamente baja puede dañarla; es mejor esperar a que se atempere un poco dentro de casa o en tu bolsillo antes de enchufarlo.
