Todos hemos experimentado alguna que otra vez esa sensación de que nuestro teléfono móvil vibra en nuestro bolsillo o en nuestro bolso y, al sacarlo, vemos que realmente nadie nos está llamando ni enviado ningún mensaje. El teléfono en realidad no había vibrado.
Pues bien, lejos de ser algo extraño, es bastante común; tanto es así que ya tiene su propio nombre, «el síndrome de la vibración fantasma». Varios estudios han demostrado que el 80% de la población mundial lo ha sufrido en alguna ocasión.
¿Por qué sentimos que el teléfono móvil vibra cuando en realidad no lo hace?
La Teoría de la Detección de la Señal es la encargada de estudiar este síndrome; trata de aclarar cómo se produce la detección de las señales en las personas, y señala que el estado de ánimo influye de manera notable en esa detección. Nuestro cerebro, ante un estímulo, ya sea real o potencial, puede generar cuatro situaciones distintas, en función de si realmente se está dando ese estímulo o de si el cerebro considera que se está dando.
Por lo tanto, existen dos decisiones correctas: no hay estímulo y el cerebro decido que no lo hay y hay estímulo y el cerebro decide que lo hay. Y dos incorrectas: no hay estímulo y el cerebro decido que si lo hay y hay estímulo y el cerebro decide que no lo hay. Este proceso se produce de manera totalmente inconsciente.
Hay dos variables que influyen en el número de aciertos. Por un lado, la sensibilidad al estímulo real. En el caso del móvil, la potencia de la vibración o la zona donde esté el dispositivo; si por ejemplo está en el bolsillo, la vibración se nota más que en el bolso. Y, por otro lado, la predisposición a pensar que vibra, cuando, por ejemplo, estamos esperando una llamada o un mensaje importante.
