Aunque la gran mayoría de móviles en la actualidad siguen utilizando las tarjetas SIM clásicas (ahora en su variante nano SIM), todo apunta a que en el futuro lo más común serán las eSIM e iSIM. Estas dos tecnologías buscan sustituir las tarjetas SIM al integrarlas en el interior de los móviles. De las eSIM ya te hemos hablado en el pasado, por lo que de seguro ya las conoces bien.
Ahora bien, es muy probable que no sepas qué es una iSIM y en qué se diferencia de la eSIM, ya que es una tecnología más nueva. De hecho, todavía no hay teléfonos en el mercado con iSIM: Vodafone y Qualcomm apenas la están probando en Europa. Así que, antes de que las operadoras empiecen a usarla, vamos a ver cómo es esta tecnología y sus diferencias con la eSIM.
¿Qué son las eSIM e iSIM y para qué sirven?
Las eSIM e iSIM no son tarjetas que puedes meter y sacar de tu móvil como las tarjetas SIM. Son dos tecnologías que vienen incorporadas en los teléfonos y cumplen la función de almacenar de manera segura el número de teléfono y las claves de acceso en una operadora de telefonía.
Tanto la eSIM como la iSIM están alojadas permanentemente en el interior del teléfono, por lo que ahorran espacio y permiten que los móviles sean más ligeros y delgados. Pero no te asustes, la eSIM y la iSIM son configurables: te dejan elegir la operadora que quieras, pasarte a otra operadora y cambiar de número a voluntad.
Cualquier cambio que desees realizar a tu línea se puede hacer a través de la red móvil en lugar de cambiar físicamente una tarjeta. Evidentemente, esto solo lo pueden hacer las operadoras. Pero lo mejor de las eSIM e iSIM es que pueden utilizarse para registrar un mismo dispositivo en varias operadoras, lo que simplifica el roaming internacional.
En el futuro, debería ser posible gestionar las credenciales y acceder a varios dispositivos con la eSIM o la iSIM usando una sola tarifa. Esto aplica tanto al mundo empresarial como al de los consumidores.
Todas las diferencias entre la eSIM y la iSIM
La diferencia clave entre la eSIM y la iSIM está en su implementación. Mientras que una eSIM es un chip dedicado soldado en el procesador de los móviles, una iSIM está integrada en el procesador (o SoC, mejor dicho). Eso quiere decir que una iSIM no ocupa nada de espacio adicional en el interior de los smartphones. En cambio, una eSIM sí que ocupa algo de espacio (aunque no mucho).
Puede que sea una diferencia demasiado sutil, pero es importante para cuestiones de seguridad. La iSIM está diseñada principalmente para los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) por la seguridad mejorada que ofrece la integración de la SIM en el SoC. Se evita la manipulación del hardware con nano o eSIM externas y se aprovecha más la protección contra la manipulación del SoC que ofrecen los chips basados en ARM. Esto hace que sea prácticamente imposible vulnerar el software o el hardware de red.
Así que, en resumen, la iSIM es una eSIM que ocupa menos espacio y tiene mejor seguridad. Además, al estar integrada en los SoC (los chips que incluyen CPU, GPU y demás componentes necesarios para el funcionamiento de dispositivos), las iSIM permiten llevar la telefonía móvil a más aparatos: gafas de RV o AR, wearables, etc. En fin, esperamos que esta explicación te haya resultado útil.
