
¿Has notado actividad extraña en tu email? ¿Un mensaje de inicio de sesión desde un lugar que no reconoces o que tus contactos reciben spam tuyo? La sospecha de que alguien más pueda tener acceso a tu cuenta de Gmail es una sensación alarmante. Tu correo electrónico es la llave maestra a tu vida digital: redes sociales, bancos, trabajos y recuerdos personales. Por eso, esa duda, por pequeña que sea, no se puede ignorar.
Afortunadamente, no tienes que quedarte en la incertidumbre. Google ofrece herramientas oficiales y muy sencillas para auditar la seguridad de tu cuenta en cuestión de minutos. En este artículo, te guiamos paso a paso para que compruebes por ti mismo si tu cuenta ha sido comprometida, utilizando el método oficial de Google para que puedas salir de dudas y, lo más importante, actuar a tiempo.
Cómo comprobar si hackearon tu cuenta Gmail
La forma más directa y confiable de saber si hackearon tu correo es utilizar la herramienta «Revisión de contraseñas» que Google ofrece. Con ella, podrás verificar si alguna de tus contraseñas fue vulnerada, incluyendo, por supuesto, la que utilizas con Gmail.
Sigue estos pasos para comprobar la vulnerabilidad de tu cuenta con esta herramienta:
- Ingresa en la web de Revisión de contraseñas de Google.
- Presiona en Verificar contraseñas.
- Introduce tu contraseña para continuar con tu cuenta de Google (la asociada a tu Gmail).
- A continuación, verás los resultados del análisis de contraseñas realizado por Google.
- Presiona en las listas de contraseñas hackeadas, que se usan en más de una instancia o poco seguras, para ver si tu cuenta Gmail es una de las afectadas.
Aunque el nombre Gmail no aparezca explícitamente, debes asegurarte de que la contraseña que usas para Gmail no se haya filtrado a través de otro servicio. Por ejemplo, es posible que hayas utilizado la misma contraseña de Gmail en la cuenta de una tienda online o de un juego que sufrió una brecha de seguridad, lo que habría dejado tus credenciales expuestas.
Para verificar una contraseña en específico dentro de la página «Revisión de contraseña», haz clic en los tres puntos verticales (⋮) que aparecen junto a la cuenta correspondiente y selecciona la opción «Ver contraseña».
Otras formas de saber si hackearon tu Gmail
Si sospechas que tu cuenta de Gmail ha sido comprometida, pero tu contraseña no aparece como filtrada, revisa los siguientes elementos de seguridad y configuración que suelen ser alterados por atacantes:
Revisa tus métodos de recuperación
- Número de teléfono de recuperación: verifica que sea el correcto y que no se haya modificado.
- Correo electrónico de recuperación: confirma que sea una dirección bajo tu control.
- Dirección de correo alternativa: asegúrate de que no haya sido cambiada por otra.
- Nombre de tu cuenta de Google: comprueba que no se haya alterado.
Configuración de Gmail comprometida
Si detectas cambios en cualquiera de estos ajustes, revísalos y restáuralos de inmediato:
- Delegación de correo: personas no autorizadas con acceso a tu cuenta.
- Reenvío automático de correos: podrían estar redirigiendo tus mensajes.
- Correos programados: revisa si hay envíos programados que no hiciste.
- Respuesta automática (vacaciones): puede contener mensajes fraudulentos.
- Dirección de correo saliente: asegúrate de que sea la tuya.
- Direcciones bloqueadas: verifica si se desbloquearon contactos sospechosos.
- Acceso IMAP/POP: el acceso remoto podría estar habilitado sin tu consentimiento.
- Filtros o etiquetas: filtros no autorizados que redirigen o eliminan correos.
Actividad sospechosa en tu cuenta
Presta atención a estos indicios de posible intrusión:
- Dejas de recibir correos: Podrían estar siendo reenviados o eliminados.
- Contactos reciben spam o mensajes extraños desde tu cuenta.
- Cambios no autorizados en tu nombre de usuario.
- Correos eliminados (incluidos aquellos que no están en la papelera).
- Mensajes enviados que no escribiste.
Ante cualquier sospecha, cambia tu contraseña, habilita la verificación en dos pasos (2FA) y revisa los permisos de aplicaciones conectadas a tu cuenta. ¡La prevención es tu mejor defensa!















