¿Cuántas veces nos habremos encontrado con que, a los pocos meses de comprar una funda barata esta empieza a amarillear? Es bastante común que las fundas de silicona se vuelvan amarillas, y es que con el tiempo tienden a ensuciarse bastante. Claro está, llevar una funda de móvil sucia no es que dé muy buena imagen. Sin embargo, hay formas de limpiar una funda que se vuelve amarilla.
En el fondo, la culpa de esto es nuestra, y es que no podemos resistirnos a ponerle una funda barata de silicona al móvil. Da lo mismo que nos haya costado casi mil euros, nada más comprarlo, funda barata al canto. Solo es cuestión de tiempo que la funda se empiece a poner amarilla. Entonces, ¿qué hacemos?
Cómo limpiar una funda de silicona que se pone amarilla
Si estás leyendo estas líneas, asumo que tienes una funda en tus manos que se está poniendo más amarilla que Piolín. Necesitas un remedio sí o sí, y es que ese movilazo no puede quedar empañado por semejante funda. Vamos entonces a ponernos manos a la obra, verás como en un rato esa funda vuelve a relucir como en sus primeros días.
Limpia la funda con agua y jabón
Puede parecer algo básico, pero si ni siquiera hemos intentado ver si podemos quitar la suciedad acumulada con agua y jabón o algo parecido, mal vamos. En este caso sería recomendable tener a mano un cepillo de uñas, para poder frotar bien la funda. Ojo, antes de nada hay que comprobar que no vayan a quedar arañazos, y es que este método no es apto para todo tipo de fundas.
En caso de que no sea adecuado este tipo de cepillo, podemos optar por hacerlo a mano o con una esponja. Sea cual sea la opción que elijamos, habrá que frotar un buen rato para ver avances. Además de limpiar la funda si se ha puesto amarilla, también nos sirve para quitar alguna mancha superficial y muchas bacterias que se van adhiriendo con el tiempo.
Limpia la funda con lejía
Antes de nada, tenemos que aclarar que esto solo funciona en fundas transparentes o blancas, no vayamos a tener un disgusto. Si queremos dejarla totalmente como nueva, la mejor opción es la lejía. Puede parecer algo arriesgado, y lo es, pero no dejará ni rastro de ese color amarillo.
Si sumergimos la funda en cuestión en bicarbonato o lejía durante media hora, conseguiremos que vuelva a quedar impoluta. Eso sí, habrá que tener cuidado tanto en el color de la funda como en su material. Si la funda no es de mucha calidad, podría quedar algo dañada. No obstante, si no es de muy buena calidad, no nos habrá costado mucho. Por tanto, podría merecer la pena el riesgo.
Bonus: no te compres una funda transparente
Si ya sabes que sí o sí una funda transparente se va a poner amarilla con el paso del tiempo, busca otras opciones. Comprar fundas de buena calidad (huye de la silicona) o que no sean ni blancas ni transparentes, es lo mejor. Con estas no tendrás ni que lavarlas ni que sumergirlas en lejía, ya que se mantienen como el primer día. Práctico, ¿verdad?
Cuéntanos, ¿te han servido estos trucos?