Este año ha sido el de las pantallas completas, no cabe duda. Pero también hay algunos fabricantes que apuestan por los smartphones plegables. Y eso ya es otro cantar. El ejemplo lo tenemos con el ZTE Axon M, que está condenado al fracaso.
Hace tiempo que se habla de este dispositivo, llamado a ser el primer teléfono plegable de verdad. Sin embargo, a pesar del esfuerzo de la compañía por mostrar innovación, el diseño del Axon M es poco práctico. De hecho, lo convierte en un móvil difícil de utilizar, y eso juega completamente en su contra.
El ZTE Axon M es un fracaso, imposible de usar
El fabricante chino busca sorprender con un «nuevo» concepto de smartphone con dos pantallas LCD. Cada una es de 5,2 pulgadas con resolución Full HD (de 1920 x 1080 píxeles) con densidad de 426 ppp. Es decir, nada de un panel plegable, sino dos que se pueden unir para convertirse en otro de 6,75 pulgadas.
En lo referente a otras especificaciones, monta un procesador Qualcomm Snapdragon 821 de 4 núcleos trabajando a 2,15 GHz. Va acompañado de una memoria RAM de 4 GB y una capacidad de almacenamiento interno de 64 GB. Tiene una única cámara de 20 MP, está impulsado por Android 7.1.2 Nougat y una batería de 3180 mAh.
No se trata de un terminal que brille por ser potente, tampoco por un gran apartado fotográfico. Basta con compararlo con otros de su mismo rango de precios. Tampoco las pantallas destacan, porque son LCD y no ofrecen la calidad de las AMOLED, por ejemplo. Entonces, ¿cuál es el punto fuerte del Axon M? Pues tener dos pantallas y ser plegable. Y ya está.
La intención ZTE es llamar la atención con un móvil pensado para ampliar las posibilidades de la multitarea. A diferencia del resto, no necesita recurrir a la pantalla dividida con doble ventana. Vale, puede que eso sea una ventaja de cara a algunas tareas, pero lo cierto es que no es una característica bien aprovechada.
Básicamente, es un smartphone demasiado lioso y raro en el uso, lo que provoca una sensación negativa. Como teléfono para probar por curiosidad y trastear un poco no está mal, porque sí que es cierto que se sale de lo convencional. Pero para el uso diario no es nada recomendable.
Hace que la experiencia sea más complicada que intuitiva, y en este sector lo que no es cómodo está condenado al fracaso. Por algo los smartphones son cada vez más fáciles de usar, excepto el ZTE Axon M, claro.
Está por ver cómo es la experiencia con el Galaxy X, el teléfono plegable que Samsung podría lanzar a principios de 2018. y del que ya se ha filtrado su interfaz. ¿Crees que tienen futuro este tipo de smartphones?