El móvil es como una droga para tu cerebro y rápido entenderás por qué

Adicción al móvil

Muchas personas creen que el móvil supone un problema en sus vidas. Lo que empezó siendo un cacharro útil se ha convertido en una especie de droga para nuestro cuerpo.

¿Crees que no estás enganchado al smartphone? A menos que lo necesites para trabajar, y lo uses exclusivamente para eso, seguro que usas el móvil 3 o más horas al día y eso es mucho tiempo.

¿Cómo se cuánto tiempo uso mi smartphone?

Ve a tu móvil, al acabar el día, y mira las horas de pantalla que tiene desde la última carga. Sabrás cuántas horas lo has estado usando y si la cifra es elevada (3 horas o más), deberías empezar a preocuparte.

smartphone droga

Un estudio asegura que el smartphone es como una droga

El último estudio llevado a cabo por la Universidad de San Francisco, hecho a 125 estudiantes, afirma que la dependencia del móvil (conocida como nomofobia) causa efectos similares en nuestro cerebro al que producen las drogas.

Además de eso, las personas que sufren esta adicción se sienten más solas, ansiosas y allanan el camino para una futura depresión.

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¿Por qué nos perjudica tanto esta adicción?

A pesar de lo que pueda parecer, el móvil nos aisla del mundo. Es cierto que establecemos más contactos a través de las redes sociales pero no son físicos, los necesarios para vivir.

Si nos relacionamos menos de forma «real» con las personas estamos dañando nuestro status quo. El móvil nos ayuda a relacionarnos pero ese tipo de relaciones nos perjudican.

Las marcas aprovechan nuestra capacidad de adaptación para consumirnos

Además de eso, en este estudio se habla de la multitarea de las personas (capacidad para hacer varias cosas a la vez). Lo que antiguamente era una capacidad para adaptarse al medio hoy en día se ha convertido en una fuente de ingresos para las grandes empresas.

Las notificaciones de nuestro móvil nos vuelven adictos

A medida que nuestro móvil lanza notificaciones nuestro cerebro pierde la capacidad para concentrarse en tareas concretas y se convierte en un consumidor obsesivo de todo lo que el móvil le ofrece.

Es curioso, el móvil daña lo que realmente parece ofrecernos. Nuestro smartphone crea una socialización «falsa» para nuestra mente. Lo que realmente necesitamos es relaciones reales y sentir el calor corporal de otras personas.

Y sí, en pleno siglo XXI, este problema es ya real en muchas personas. Usado de forma racional el móvil es una potente herramienta pero rápido se vuelve un arma de doble filo.

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Fuente | Daily Mail