Las zonas forestales son esenciales para la vida en el planeta Tierra y, sin ellas, la humanidad no sería capaz de subsistir. Pese a ello, los bosques sufren de forma constante la amenaza de la tala indiscriminada o la reducción de su extensión para la creación de tierras de cultivo, ante la expansión de los núcleos de población cercanos o a causa de incendios forestales.
La necesidad de mantener, replantar y restaurar estas zonas es imperiosa. Para ello, hay que concienciar a la población sobre los efectos que tienen los daños medioambientales, con el fin de reducirlos, y apoyarse en la tecnología para llevar a cabo la recuperación de las zonas afectadas de forma más eficiente.
La importancia de la reforestación
Dado que la población mundial crece de forma vertiginosa, la agricultura se ha erigido como uno de los pilares sobre los que sostener la demanda de alimentos y la seguridad alimentaria. Algunas prácticas agrícolas, especialmente las tradicionales, hacen un uso ineficiente de los recursos y agotan los nutrientes del suelo, haciendo que esa zona de terreno no pueda utilizarse durante, como mínimo, una temporada. La solución más habitual es cultivar en un terreno colindante y, si ese terreno es un bosque, se tala.
Los bosques, además de ser el hábitat de cientos de especies en todo el planeta, actúan como los pulmones de la Tierra y su existencia ayuda a convertir el dióxido de carbono en oxígeno y contener las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero los datos disponibles son preocupantes: según la FAO, en las últimas dos décadas se han perdido en torno a 80 millones de hectáreas de bosques.
De ahí que la reforestación sea tan importante. Aunque entre los métodos de reforestación el más habitual es el de plantar árboles a mano, estos se dividen en reforestación pasiva y activa. Al contrario que la activa, la reforestación pasiva busca maximizar la distribución de las semillas y que sean ellas las que germinen, en lugar de colocar directamente la semilla o árbol una o varias personas.
Otros de los beneficios de la reforestación están relacionados con la lucha contra el cambio climático, que provoca el deshielo de los casquetes polares y la subida del nivel del mar, el agujero en la capa de ozono o la reducción de la contaminación del aire.
Entender y analizar las causas de la pérdida de bosques en todo el mundo
La pérdida de bosques engloba dos factores relativos a la cubierta forestal: degradación y deforestación. La degradación se produce, principalmente, debido a la producción forestal sostenible y los incendios forestales y, aunque el bosque sufre alteraciones a corto plazo, si no se producen más alteraciones, es probable que vuelva a crecer a largo plazo. Esto incluye la pérdida de árboles y también la reducción de la densidad del dosel.
El caso de la deforestación es diferente. La deforestación se basa en la eliminación de los árboles para convertir el bosque en otro uso del suelo, como agricultura o minería, y dicho cambio supone una conversión permanente, haciendo que se le dé un uso alternativo a la tierra que antes era bosque. También se considera deforestación la tala de árboles (por ejemplo, de palma aceitera) si luego no se ejecuta un plan de recuperación del terreno.
Otro de los motivos habituales de la deforestación tiene que ver con la urbanización, que transforma zonas boscosas o incluso bosques enteros, en asentamientos como pueblos y ciudades, así como infraestructuras, como carreteras o tendido eléctrico.
Aplicaciones de monitorización forestal
Uno de los principales problemas de la gestión forestal radica en la extensión de los terrenos boscosos, así como la dificultad para acceder físicamente a algunos de ellos. De ahí que la monitorización por satélite haya ganado mucho protagonismo en los últimos años. La reducción de los costes, sumado a la posibilidad de uso en dispositivos móviles y portátiles hacen de este enfoque el de mayor precisión y, gracias a los avances tecnológicos en diferentes campos, como la IA o el aprendizaje profundo, son capaces de aportar más conocimiento.
De entre las opciones disponibles en el mercado, la app de EOSDA Forest Monitoring aparece como la opción más completa. Se trata de una plataforma que se apoya en datos de satélite para monitorizar a distancia la salud de los bosques, permitiendo una gestión más eficiente de las masas forestales.
Gracias a los índices de vegetación incluidos en la plataforma y la tecnología de detección de incendios basada en el FIRMS de la NASA, junto a un intuitivo y potente sistema de notificaciones, los usuarios pueden reaccionar a tiempo ante un incendio forestal o distintos problemas que afecten a la salud de los árboles, tales como enfermedades o estrés hídrico. El sistema cuenta con la previsión meteorológica y su API permite diversas opciones de integración con otros sistemas. Consiga la app ya y mejora tu gestión forestal.
