En lo que respecta a los motores de búsqueda de Internet, no cabe duda de que Google tiene un dominio descomunal de este mercado. La gran G posee una influencia importante en lo que consumen los usuarios, pero como todo poder, este conlleva una gran responsabilidad. Los de Mountain View ya han recibido acusaciones por competencia desleal y prácticas monopolísticas como cuando Aptoide presentó una demanda contra Google Play Protect.
Ahora, un ingeniero sueco llamado Mikael Lindahl acaba de interponer una demanda contra este gigante del Internet acusándolos ante el Tribunal Supremo de Justicia de dicho país europeo. ¿La razón? Manipulación intencional de los resultados de búsqueda con intenciones lucrativas. ¿La cantidad? Pues la sorprendente cifra de 2100 millones de euros por daños y prejuicios. ¿Quieres saber más de este lío? Pues quédate con nosotros.
Mikael Lindahl de PriceRunner: Google nos engaña
Quizás no te suene conocido el nombre de Mikael Lindahl o el de la empresa PriceRunner, de la que este ingeniero es delegado. Esto es normal, ya que antes de esta demanda dicho personaje y la marca no gozaban de la popularidad mediática que ahora tienen. Pero no te preocupes, enseguida te contamos cada detalle de la noticia para que puedas comprender el porqué de esta demanda.
¿Qué es PriceRunner y por qué demanda a Google?
PriceRunner es una página web que solo opera en Suecia, Noruega, Dinamarca y Reino Unido que se dedica al análisis de precios de diferentes tipos de productos. Se trata de uno de los comparadores de precios más exitosos del mercado europeo. Actualmente, tiene más de 18 millones de usuarios y una nómina de 200 trabajadores. Y en cuanto a los números, a la empresa no le va para nada mal. Se estima que este comparador de precios produce cerca de 45 millones de euros anuales con un margen de ganancia del 45 %.
La situación económica de PriceRunner es totalmente favorable, sin embargo, su consejero delegado cree que puede estar mucho mejor. Y el principal culpable de que este comparador de precios no crezca más es Google. Lindahl declara que los de Mountain View llevan a cabo prácticas abusivas aprovechándose de su posición en el mercado. Desde hace muchos años se ha criticado la forma en la que se priorizan los resultados en este motor de búsqueda, principalmente porque se les otorga una ventaja notable a ciertos resultados en particular.
El delegado de la empresa demandante explica que cuando se usa Google para buscar, por ejemplo, una zapatilla o un móvil el buscador te mostrará tiendas en línea que venden dichos productos. Sin embargo, las tiendas que más verás son aquellas que pagan una mayor cantidad de dinero en publicidad a Google. El motor de búsqueda de la gran G se ha convertido en una especie de subasta: quien da más dinero aparece de primero en él.
De esta forma, a Google no le conviene indexar en los primeros resultados de las búsquedas a webs comparadores de precios como PriceRunner u otras, ya que estas no le suponen ingresos económicos. Dicha manipulación se hace de manera intencional con objetivos meramente lucrativos, asegura Lindahl.
¿Qué tan ciertas son estas acusaciones contra Google?
Esta no es la primera vez que Google recibe este tipo de acusaciones. La Comisión Europea concluyó en 2017, tras 8 años de investigación, que los de Mountain View habían aprovechado su posición en el mercado para favorecer en los resultados de búsqueda a Google Shopping (su propio comparador de precios) por encima de las alternativas, entre ellas PriceRunner. Este tipo de prácticas monopolísticas no son permitidas por la normativa europea vigente, por lo que se sancionó a Google con una multa de 2420 millones de euros. Y aunque el año pasado se apeló por dicha demanda, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea descartó la apelación.
A partir de este triunfo de la corte europea, muchas otras empresas se han atrevido a litigar contra la gran G. PriceRunner ha sido de las primeras en hacerlo y para ello llevan preparando dicha demanda desde el año 2017. Y, aunque Google aún no ha respondido oficialmente, todo parece indicar que los de Mountain View no se la pondrán tan fácil al comparador de precios.
Actualmente, Google se encuentra siendo investigado por el senado norteamericano y la Comisión Federal de Comercio de ese país por las acciones similares con el resto de productos de la compañía como Google Shopping y el sistema operativo Android. No obstante, Lindahl afirma que esto no forma parte de un movimiento contra el motor de búsqueda más importante de Internet. El delegado destaca que el problema no es ser una gran empresa con mucho poder, sino no lograr llevar con ética profesional dicho poder.
Google prefiere que compres artículos caros, pero… ¿Qué tan caros?
Ya ha quedado clara la razón por la que Google le da prioridad a algunas tiendas cuando se busca un artículo o producto en particular. Y si bien, como ya se explicó, en los primeros resultados encontrarás los precios más elevados, la gran pregunta es… ¿Qué tan caro son estos productos con respecto a los que se pueden conseguir en una web de comparación de precios? Pues la respuesta te puede llegar a sorprender.
En general, los productos que el motor de búsqueda de Google prioriza pueden llegar a costar hasta un 14 % más. Pero esta cifra se incrementa drásticamente en artículos de moda o calzado, donde la diferencia de precios puede llegar a ser de hasta un 40 %. Esto significa que puedes terminar pagando 100 euros por unas zapatillas de 40 euros por culpa de Google. ¿Por qué? Pues el sistema de subasta de la gran G priorizará al vendedor que más paga por publicidad. Evidentemente, la tienda al pagar una gran cantidad de dinero para ser la que aparezca más arriba en Google rentabiliza dicha inversión al subir los precios de los productos.
De todo esto, los más afectados son los usuarios. El consumidor promedio elige los resultados que prioriza Google al buscar un producto en particular. Sin saberlo, este está perdiendo la oportunidad de adquirir el mismo artículo por un precio más bajo. La gran G es consciente de que páginas como PriceRunner y otros comparadores de precios ofrecen oportunidades económicamente más favorables para el consumidor. Sin embargo, no priorizan dichas webs en los resultados de búsqueda por razones monetarias.
¿Qué dice la gran G respecto a la manipulación de los resultados de búsqueda?
Al no ser la primera vez que deben afrontar estas disputas legales, Google ya se encuentra preparada con los argumentos para defenderse. Curiosamente, son los mismos que llevan utilizando desde 2017 cuando recibieron la demanda por parte de la Comisión Europea. En particular, alegan que han realizado cambios de política en Google Shopping los cuales afirman que están generando crecimiento orgánico de los muchos comparadores de precios que existen en el mercado.
Por su parte, PriceRunner ha optado por no usar este servicio de Google para promocionar su web de comparación de precios. Y ante esta demanda se ha pronunciado Frederic Abrard, director de la división Comparison Shopping Services y Shopping Ads de Google, quien ha insinuado que probablemente PriceRunner no ha tenido el éxito esperado por no anunciarse en Google Shopping.
Esta declaración no ha sido bien recibida por Lindahl quien la considera descarada e incriminatoria. En pocas palabras, el portavoz de la gran G acepta que para que una web pueda tener éxito en Internet, debe pagarle a Google. Al tener un dominio amplio del mercado, Google se da el lujo de opacar a sus competidores y además cobrarles en caso de que estos quieran crecer en el mercado.
En cuanto a los supuestos «cambios en las políticas de Google Shopping» que se han realizado para abordar este problema, el ingeniero sueco menciona que estas no han generado ningún impacto sobre las acciones abusivas. Luego de su litigio con la Comisión Europea, lo único que hicieron los de Mountain View fue permitir que cualquiera pueda acceder al servicio de anuncios en Google Shopping.
Sin embargo, a pesar de que todos tengan la oportunidad de anunciarse, la desigualdad de competencia aún persiste, ya que la tienda que más pague continuará siendo la primera que aparezca en los resultados de la búsqueda. Y esto no solo sucede con las tiendas de ropa, calzados o tecnología. También con páginas que ofrecen servicios de turismo o de viajes.
¿Cómo este «pequeño» comparador de precios pretende luchar contra el «gigante» Google?
Lindahl tiene las cosas claras: la batalla legal contra Google no será nada fácil. Sin embargo, el delegado de PriceRunner tiene preparada una buena estrategia para enfrentarse a los de Mountain View. Lo principal es evitar que el comparador de precios no caiga en una situación económica desfavorable por los resultados del juicio.
Para ello han contratado a uno de los mejores equipos de abogados y se han aliado al Nivalion, un fondo de litigación. Si PriceRunner gana, este fondo se lleva una comisión de los 2100 millones de euros. Si pierden asumen el pago de los abogados y otros gastos, de esta forma, independientemente de que PriceRunner pierda o gane el juicio con Google, la web asegura su continuidad en el mercado. Y tú… ¿Cuál crees que será la sentencia de esta demanda?