En 2019 Google anunciaba su intención de adquirir Fitbit por más 2000 millones de dólares. La empresa se ha encontrado obstáculos en el camino, pero hoy se hizo oficial que la compra se ha concretado 2 años después de que esta historia iniciara.
Google ha logrado hacerse con la compañía luego de obtener en el mes de diciembre la aprobación de la Unión Europea. Con esto, la empresa americana por fin logra un acuerdo que sea aceptado por los entes reguladores de Europa.
¿Cómo ha logrado Google convencer a la Unión Europea?
La adquisición ha sido confirmada esta mañana por Rick Osterloh, vicepresidente senior de dispositivos y servicios de Google. Este declaró que la compra se enfoca en los wearables y no en los datos de los usuarios. Ese último punto era el que le preocupaba a los distintos entes reguladores que estaban aplazando la compra.
El vicepresidente declaró también que los usuarios de Fitbit podrán disfrutar de los relojes de la compañía utilizando los servicios de terceros, todo mediante su cuenta propia de la plataforma.
Asimismo, el CEO de Fitbit, James Park dijo que esta adquisición es solo el comienzo de la nueva etapa de la empresa. También sostuvo que eso les da infinitas posibilidades para ofrecerle mayor calidad en los productos a sus consumidores.
Muchas cosas que amas seguirán iguales, comunicó Park en una carta dirigida a los usuarios de Fitbit esta mañana. De esa manera, podrás tener la seguridad de que la empresa cambiará para mejor.
Google se compromete a no usar los datos de los usuarios para fines publicitarios
Las preocupaciones de los entes reguladores que se interponían en la adquisición se ha logrado superar con una cláusula vinculante de la venta. Querían evitar que Google utilizara los datos de la salud de los usuarios para fines publicitarios en los servicios de la empresa.
Esa cláusula consiste en que la venta de Fitbit se hará sobre los dispositivos que tienen en su catálogo. Así, desaparece la posibilidad de Google de usar los datos de los usuarios para publicitar anuncios en sus plataformas. Se han comprometido también a dejar las API web de Fitbit abiertas y de esa forma que otras empresas puedan acceder a ellas.
Aunque las investigaciones de Estados Unidos y Australia continúan, Google ha encontrado la forma de hacerse con Fitbit. Se arriesgan a que esta fusión cause problemas en el futuro, pero también puede ser una jugada para apresurar la aprobación.