En Venezuela el precio del euro es elevado si se compara con la moneda nacional. Esto es un problema para todo lo referente a los móviles. Aunque los teléfonos sean de gama baja, hay que pagarlos en monedas extranjeras.
¿Cuánto cuesta un móvil en Venezuela?
El salario mínimo en Venezuela es de unos 5 o 6 euros mensuales aproximadamente (así están las cosas, y te lo dice alguien que vive en este país). Para comprar un teléfono de unos 50 o 60 euros que en su mayoría son de gama baja, habría que trabajar todo un año sin gastar nada. Esto es imposible para una gran parte de la población, que invierte lo poco que gana en alimentación y servicios públicos.
Un teléfono de gama baja por lo general no tiene acceso a tecnología 4G, es decir, no hay garantía de que si alguien pueda adquirir un móvil de unos 60 euros, navegue en Internet a altas velocidades donde el servicio esté disponible. Esto es un problema más para los que con mucho esfuerzo se compran un móvil, quizás no puedan disfrutar de una buena conexión a Internet.
La realidad es que nadie trabajaría un año para comprar un móvil ya que las personas necesitan otras cosas básicas para la vida. Los que tienen teléfonos inteligentes de gama baja y alta son en su mayoría personas que tienen la oportunidad de recibir algún tipo de ingreso en moneda extranjera.
El costo de un móvil en Venezuela puede bajar si China invierte dinero
La solución para este problema depende en gran manera de las autoridades. Se tendría que buscar algún tipo de trato con países como China para que fabricasen móviles en Venezuela.
Además de financiar la fabricación de móviles chinos más baratos también faltaría la adecuación del sistema de Internet en el país. Esto sería necesario ya que al crecer la demanda de móviles, aumentaría de manera exponencial la necesidad del servicio de datos. Para lograr renovar toda esta infraestructura, China también sería la solución.
Por el momento el valor de los móviles es exageradamente alto, así que el tiempo en que alguien pueda decidir avanzar en el uso de la tecnología no dependerá en sí de las empresas fabricantes, sino de la economía del país. Así de crudas son las cosas en nuestro país, y no está de más que el resto del mundo se entere de ello.