¿Notas que cada vez te cuesta más recordar algo que haya pasado días atrás? ¿No te acuerdas siquiera de qué comiste ayer? No, no es culpa tuya, sino de tu móvil. Y es que tu móvil te está haciendo perder memoria a marchas forzadas.
Y es que si antes solo lo sospechábamos, un estudio de varias universidades americanas no ha hecho sino confirmar nuestros temores: cada día recordamos menos por culpa de nuestro móvil. ¿Por qué? Aquí está la clave.
Tu smartphone te hace perder la memoria: ¿lo sabías?
Podríamos pensar que la culpa de esto radica en que utilizamos nuestro móvil para acordarnos de todo. Ponemos alarmas, recordatorios… al final del día, si no fuera por esta función, nos habríamos olvidado de algo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El problema que tiene la memoria con nuestro móvil está causado por otro factor más sorprendente.
Y es que a pocos de nosotros se nos podría ocurrir la verdad. De hecho, si se nos ocurre mientras estamos con el móvil, es muy posible que se nos olvide. ¿Cómo? Bien fácil, utilizar el móvil durante una experiencia hacer que no nos acordemos tan bien de ella. Podría ser solamente un recuerdo borroso, pero también podemos llegar a olvidarnos por completo.
En el estudio del que hablábamos al principio de este post hicieron la prueba. Con dos grupos de usuarios sometidos a una experiencia, aquellos que no habían estado pendientes de su móvil recordaban los hechos de una forma mucho más precisa que sus compañeros que sí habían prestado atención al teléfono.
No obstante, si no te quieres despegar del móvil, tenemos una buena noticia. Y es que según pudieron confirmar, el hecho de utilizar el móvil no implica que no la disfrutemos o estemos igual de inmersos en ella. Eso sí, probablemente no la recordaremos tal cual fue, pero al menos podemos decir que la hemos disfrutado.
¿Qué puedo hacer para evitarlo?
Bien fácil, si quieres acordarte como hacías antes y no olvidarte de ningún momento importante de tu vida, la solución no podía ser más fácil. Apaga el móvil, déjalo a un lado y céntrate solo en lo que estás haciendo.
Así, quién sabe, quizás el día de mañana te acuerdes de lo bien que te lo pasaste o de aquello que tenías que hacer antes de que se acabase el plazo. Ya sabes, a un lado el móvil, que nuestra memoria pide paso.