¿Por qué MoviePass no funcionó? El fracaso del Netflix de los cines explicado

moviepass fracaso

Los servicios de películas y series por streaming han ganado muchísimo terreno en los últimos años, haciendo que mucha gente cambie la pantalla grande de los cines por su televisor o su dispositivo móvil. Si bien es cierto que los cines nunca morirán, pues ofrecen una experiencia distinta y única que el streaming no puede replicar, hay que admitir que han perdido atractivo. ¿Las razones? El precio y la accesibilidad, principalmente. Dos problemas que iban a ser solucionados por MoviePass: el Netflix de los cines.

¿Te acuerdas de MoviePass? Si no, pues déjanos contarte que fue un servicio que te permitía ir a cualquier cine a ver todas las películas que querías por un pago único al mes. Suena genial, ¿no? Lastimosamente, este servicio creado en 2011 por un co-fundador de Netflix cerró de forma indefinida en 2019 y en 2020 su empresa matriz se declaró en bancarrota. ¿Por qué? ¿No funcionó el modelo de negocio? ¿Fue culpa de los usuarios o de los cines? Te lo contamos a continuación.

MoviePass podía haber sido una mina de oro, pero fracasó por estas razones

moviepass en cine

MoviePass empezó a ser conocido y a ganarse un lugar en el mercado cuando la firma Helios and Matheson Analytics compró una participación mayoritaria en la compañía. Esta firma decidió bajar drásticamente el precio de la suscripción mensual en lo que fue una estrategia demasiado agresiva y arriesgada. Por solo 9,95 $ al mes, MoviePass ofrecía a sus suscriptores una entrada de cine al día para ver películas en cualquier cine. En otras palabras, permitía ver hasta 31 películas en el cine por menos de 10 $. ¡Una locura!

A partir de ese momento, todo cambió para MoviePass: ganaron mucha popularidad, pero a cambio de invertir mucho más de lo que ingresaban. Y es que los creadores de MoviePass pensaron que la gente no iba a usar tanto el servicio y así sería viable a nivel económico. Que si alguien pagaba el mes de suscripción, en realidad solo iba a ir al cine 3 o 5 veces como mucho. Y que aquellos usuarios que irían todos los días del mes, sus gastos se iban a amortizar por otros suscriptores que apenas irían al cine e igual pagaban.

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En definitiva, los creadores de MoviePass creyeron que el modelo de negocio de los gimnasios se podía aplicar en los cines. Pero resulta que a la gente le gusta más ir al cine que al gimnasio, y he allí la principal razón de su fracaso. Sin embargo, esta no es la única razón. Al fin y al cabo, los directivos detrás de esta compañía sabían que era muy factible que por cada suscriptor perdieran dinero y eso no les importaba mucho.

MoviePass quería hacer dinero con publicidad, datos y acuerdos con la industria

moviepass tarjeta

Ellos querían crear una sólida base de usuarios que fueran comprometidos con su marca, algo así como sucede en el terreno de los videojuegos con los usuarios de PlayStation o Nintendo. En concreto, MoviePass esperaba que sus suscriptores se olvidaran de las entradas extremadamente baratas y desarrollaran una fidelidad al servicio. Eso le daría a MoviePass una baza para negociar con los cines y llegar a mejores acuerdos que realmente les produjeran beneficios para hacer de su negocio algo sostenible.

En parte, esta estrategia funcionó. Tras introducir la suscripción de 9,95 $, MoviePass ganó 1 millón de nuevos suscriptores en solo 3 meses y logró presionar a AMC Theatres (la mayor cadena de cines en EE.UU.) para compartir las ganancias de sus cines generadas gracias a MoviePass. Y no solo hablamos de ganancias por concepto de entradas, sino también por las ventas de comidas y bebidas que los suscriptores de MoviePass compraban en los cines.

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Y ese sería solo el primer paso, pues MoviePass quería llegar a acuerdos con cada eslabón de la cadena: el viaje en Uber al cine, la comida en el restaurante antes o después de ver la película y hasta la producción cinematográfica en sí, financiando nuevas películas. Todo esto a su vez les permitiría obtener datos muy valiosos del comportamiento de los cinéfilos: qué tipo de personas les gustan ciertas películas, cuándo iban a verlas, cómo dirigirse mejor a ellas con publicidad y qué otros servicios ofrecerles fuera del cine. Para Hollywood y las industrias adyacentes, MoviePass podría convertirse en una mina de oro de datos.

AMC dio la estocada final a MoviePass y sucedió lo que se veía venir

moviepass cierra

Sin embargo, la respuesta de AMC no fue la que esperaban y todo se derrumbó. La cadena de cines se negó a participar en el modelo de negocio de MoviePass y hasta lanzaron su propia alternativa (AMC Stubs A-List) para sacarlos del camino definitivamente. Luego, se descubrió que MoviePass rastreaba la ubicación de sus suscriptores, lo cual hizo que su reputación con la gente se deteriorara. Esto se acentuó aún más con los problemas serios de funcionamiento de su aplicación, experimentos con los precios de Uber y las inexplicables suspensiones del servicio por «mantenimiento técnico».

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También hubo usuarios que se quejaron de que MoviePass no daba reembolsos, cargaba a las tarjetas de crédito sin explicaciones, suscribía a los usuarios a nuevos planes sin avisar, etc. Además, su plataforma sufrió una filtración de datos importante. Incluso, una parte de sus clientes se reunieron para llevar a cabo una demanda colectiva contra la empresa. De hecho, los propios inversores de la empresa demandaron a la firma Helios and Matheson Analytics que era la que movía los hilos de MoviePass.

Para evitar más pérdidas, el servicio cerró en 2019 con la promesa de que volvería pronto, pero en 2020 cerró definitivamente luego de que la firma Helios and Matheson Analytics se declarara oficialmente en quiebra. Al final, lo que era a priori muy atractivo para los usuarios y potencialmente muy lucrativo para la industria, terminó siendo un fracaso rotundo. Podría decirse que AMC arruinó el proyecto, pero la verdad es que MoviePass se disparó repetidamente en el pie con iniciativas mal planificadas y ejecutadas, seguidas de excusas y promesas falsas que no servían para nada… Otro caso más de «demasiado bueno para ser real».